Puede que haya sido la expectativa de su debut en Perú, el primer gran concierto de su temporada 2011 o su nueva vida sentimental. Lo cierto es que Paul McCartney en Lima -donde llegó el domingo 8 y donde abre el tramo continental del Up and Coming Tour que arriba mañana al Estadio Nacional- ha demostrado un genuino entusiamo que lo llevó a alzar la bandera local en su aterrizaje, saludar a cada momento a sus fans e incluso salir a andar en bicicleta por la capital peruana (y nadie lo reconoció).
Pero, lo más importante, es que el inglés volcó toda esa química en un concierto deslumbrante que anoche reunió a cerca de 47 mil personas en el Estadio Monumental de Lima. Iniciado a las 21.35 horas local, el bajista hasta se dio tiempo para desarmar levemente su libreto y abrió fuegos con Hello Goodbye, uno de sus temas más melosos en The Beatles y que había sacado de su gira durante largo tiempo. Incluso, no lo tocó en sus escalas de Brasil y Argentina de noviembre de 2010. Con una chaqueta celeste, camisa blanca y pantalones negros, el parecido de la interpretación con su versión de 1967 fue absoluto.
El público cayó rendido de inmediato. Miles de fans vestidos con poleras de todas las etapas del músico y que gritaban como si la beatlemanía se hubiera desatado hace unos días. Muchos de ellos llegaron al recinto con casi 24 horas de anticipación.
